Calor, dulces, alcohol...estas esencias corren por nosotros en esta época del año. Pero no son suficientes, somos seres insatisfactorios, superfluos y estamos necesitados de cosas insignificantes para llenar esos vacíos que provocan nuestra sensación de no-completo. Somos cínicos pero no somos capaces de admitirlo.
¿Quiénes nos creemos? No creemos la única excepción a las reglas formuladas por esta sociedad, dando por hecho que por alguna extraña y desconocida razón somos diferentes al resto, tenemos ese toque personal e inconfundible que hace que seamos rápidamente reconocibles.
Es eso. Es esa esencia, ese toque, es virtud, manía o defecto que buscamos. El verano es la mejor época para poder mostrarnos nosotros mismos, sin necesidad de cumplir una serie de normas y estableciendo nuestros gustos a cada momento. Búscalo en ti, indaga a fondo porque si no te encuentras a ti mismo en este mundo caótico y desordenado, puede que acabes por perderte.
Esfuérzate un poco. Esto podría ser apoteósico.
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